Monterrey

En el año de 1959, las inquietudes del maestro y folclorista, Jesús Daniel Andrade González, se vieron coronadas al diseñar el traje que hoy conocemos como típico de esta región. Tomando en cuenta que en esta región se bordaba y se hilaba poco, el encaje de bolillo era común y suplía los bordados en blusas y faldas.

El traje típico de la mujer en Monterrey es la misma utilizada en el siglo XIX: blusa y falda.
La blusa es de color blanco, tela suave y fresca , la pechera con pliegues, las mangas son anchas y esponjadas, la falda de casimir, en colores oscuros o en tonos pastel. El traje se acompaña con botas o zapatos que pueden ser de color blanco o negro. El peinado en forma de cebolla y dos peinetas de cada lado, en la mano derecha lleva un abanico.


                                        


El traje típico de hombre se conforma con una chamarra de gamuza de largos y angostos flecos, por la influencia de las incursiones "apaches", ancho cinto con hebilla, pantalón de casimir de colores, gris o café, botín ranchero de punta redondeada, camisa blanca de botones de tarugos y no podía faltar el paliacate o mascada fina anudada al cuello para protegerse del sudor.